lunes, 23 de junio de 2008

UNA HISTORIA REPETIDA

A paso de plomo cabizbajo, me dirijo a ese, que será nuestro último encuentro….Veo como las manecillas del reloj fueron desintegrando el tiempo ese tiempo perdido, aquella tarde en que te miraba con ojos ansiosos, desde la penumbra de la habitación, como te desnudabas parsimoniosamente .
Ahora tu recuerdo se me pierden esta nebulosa espera, sé que pronto aparecerás de entre la muchedumbre , aun cuando todavía no logro aclarar mis pensamientos que bullen de un ligar a otro, y se pierden por nos e que derroteros.
Al fin te logro divisar a lo lejos. Tu paso presuroso indica cierta ansiedad, como si quisieras apurar el trago amargo. Te acercas, con una sonrisa de pie forzado como disculpándose por lo que haremos, o dejaremos de hacer. Un lacónico ¡hola!, da inicio a una marcha silenciosa al lugar aquel donde empezó nuestra historia. En realidad no se que decir, y no hay nada que decir, pedimos la habitación de costumbre casi sin palabras. Una vez en el cuarto enciendo mi ultimo cigarro suelto de condenado, mientras mi vista se pierde en la claraboya del techo, luego observo un cuadro de un paisaje gastado, que intenta tapar un empapelado que se cae a pedazos, como caen nuestros sueños, dejándonos desnudos en nuestra ,miseria y podredumbres.
Incómodo me revuelvo los bolsillos, buscando no se que cosa, mientras tu con un gesto casi imperceptible me invitas a sentarme a tu lado. Entonces me siento muy cerca tuyo, y así nos quedamos, tranquilamente quietos, para ver si con esto logramos romper ese cerco que nos separa. La verdad es que nada nos une, ni gustos, ni intereses, ni proyectos de vida, tan sólo una débil voluntad de un querer estar juntos. Pero que ahora nos separa desde el mismo instante en que te buscaba en los interminables pasadizos de mi mente.
Así se fue tejiendo mi historia, nuestra historia de momentos y situaciones, hasta llegar a este preciso instante en que nos volvemos a encontrar, tu y yo, inmóviles y silenciosos, sintiendo ese calorcito agradable que indica que todavía estamos vivos.
Pero ni las palabras ni los conceptos, pueden nombrar ese movimiento perpetuo en que se destruye mi mente Es por esto que nos quedamos quietos para ver si con eso logramos rescatar un poco del tiempo perdido en que fuimos cómplices de un sueño imposible que se convirtió realidad y que ahora nos despierta una vez mas… como siempre…en esta historia repetida